martes, 15 de septiembre de 2015

MILAGRO TRISTE


Un canto de paz, dolor y cansancio
fue a cerrar mis puertas y mis pies descalzos
pisaron las viejas sombras que anidaban
entre los despojos de amor y de calma.
Le miré sus ojos como miro el cielo
y ellos se llenaron de rocío y tiempo,
mi alma vacía y mi amor un témpano
llevaron mis ansias lejos con el viento.
Caminé con ella un nuevo camino
y junto a mis pasos un nuevo vacío,
se perdió el espacio y en mi mente el tiempo
la verdad nacía y no había regreso.
Mientras ella hablaba, yo escuchaba el eco
de vagas razones que apenas comprendo
y bajé mis ojos casi por respeto
y un silencio hondo me inundó el pecho.
Miró su pasado casi con desprecio,
rescató en el aire algunos momentos,
me miró y yo supe como así callarle
a los gritos tontos de su propio miedo.
Quizás era tarde para liberarse
sólo había un camino y no quiso verle,
es cierto que eso la llena de muertes
pero si lo elige ¿yo que puedo hacerle?
Le dejé mis pobres razones que duelen,
la verdad no es mala, solo hay que quererle,
le dije segura, para así mostrarle
que en ese camino yo estaría siempre.
La tarde caía y mi propia vida
se quedaba sola con su voz tardía,
apenas pensando le miré sus manos
y quedé en suspenso con dolor ahogado.
Mi vida corría como sangre y tinta
en los pensamientos de palabras dichas,
un milagro triste, podría llamarle...
al abrazo grande que me dio mi madre.


Dedicada a mi madre biológica.
Lorena Fernandez. Reflexiones 2011

2 comentarios:

  1. Una madre siempre es esa alma cuidadora, la que te cobija, la que te mima, la que te cura, la que te cuida... es tan grande su nombre que no hay nombra más sagrado que la de una madre. Bendecidas ellas

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  2. Bellísimo, conmovedor y emotivo poema Lorena!!!!

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